La forma más efectiva de adquirir un equilibrio económico es aprendiendo a tomar las mejores decisiones financieras. Mientras más consciente seas del uso y destino de tu dinero tendrás mayores oportunidades de incrementar tu prosperidad.
Si aprendes a educar tu cartera podrás cuidar y hacer rendir tu capital, el cual solo usarás de forma responsable y esto, a la larga, te permitirá contar con los recursos necesarios para una estabilidad económica efectiva.
La pregunta es, cuál es la mejor forma de poder educar tu cartera y para llegar a ella hay que tomar en cuenta que esta formación financiera depende de factores como tu presupuesto de ingresos.
Para aprender a educar tu cartera lo primero que hay que hacer es, entrar en contexto sobre la cultura del ahorro y las ventajas que esta trae para cualquiera que quiera tener una prosperidad económica.
El primer paso para una educación financiera es tener conciencia de cuál es nuestro presupuesto quincenal o mensual y qué es lo que hago con él.
Por lo general la mayoría de las personas cuando reciben su sueldo tienden a gastar más del 50% durante la primera semana, pero ¿en qué lo gastan?
Esta es una de las principales interrogantes que debes hacerte para evitar que el dinero se te vaya como el agua, y de esta manera ser consciente de las cosas superficiales en las que inviertes tu dinero y al mismo tiempo identificar las realmente necesarias.
Una vez resuelta las interrogantes sobre el flujo de tu dinero, lo siguiente es hacer una clasificación de tus gastos que te permitirá identificar a cuáles les darás mayor importancia.
Si no sabes como hacer esta clasificación aquí te damos algunos tips iniciales que puedes ir modificando de acuerdo a tu vida cotidiana:
Por ejemplo: la comparación de precios al momento de hacer la despensa es una muy buena forma de reducir gastos.
El chiste de estos gastos es no excederse en ellos para no fragmentar tu economía mensual.
Cuando has identificado el monto real de tus ingresos dejando a un lado los gastos innecesarios entonces podrás emprender el segundo paso: el ahorro.
En México cerca del 40% de la población no tiene el hábito de ahorrar, la mayoría de los ciudadanos viven al día con la economía y no cuentan con un colchón que pueda sacarlos de un apuro.
Aunado a esto los mecanismos de ahorro, en su mayoría, son informales como el caso de las tandas o los juegos que prometen abundancia, pero que en realidad solo benefician a una persona que no eres tú.
Cuando te haces consciente de tus gastos y del mal flujo de tu dinero en banalidades se convierte en un buen momento para encaminarte de la cultura del ahorro, para la que existen muchas y muy variadas técnicas que te permiten fomentar este hábito sin morir en el intento.
En el momento en el que identificas a dónde se va la mayor parte de tus ingresos y destinas una parte de tu sueldo mensual a tu ahorro personal o familiar es cuando comienzas a educar tu cartera.
Cuando esto suceda te darás cuenta de que tu dinero se vuelve más abundante, pues está destinado a las cosas realmente importantes y, claro, a uno que otro gustito; lujos que te puedes permitir cuando eres consciente de tu economía.