Hacer un plan de gastos personales anual te dará la oportunidad de visualizar cuáles son los objetivos que podrás cumplir durante los siguientes 11 meses. Revisa cuánto tienes ahorrado, haz una lista de prioridades y comienza a planear.
No perder de vista las metas financieras es el objetivo principal de un plan de gastos mensuales, ya que esta práctica ayuda a tener presente qué es lo que se quiere lograr a corto plazo y a seguir caminando sobre ese rumbo. De acuerdo con un artículo del diario El Economista, un plan de gastos debe hacerse siguiendo reglas que funcionen para ti; es decir, dividirlo en porcentajes que sean realistas y que puedas cumplir durante todo el año.
Un plan para controlar tus gastos te ayudará a detectar si los pagos o compras que realizas con frecuencia en verdad son necesarios o si no están aportando a la mejora de tu calidad de vida. Esto es lo que debes considerar al hacer tu planeación mensual.
Revisar cuáles fueron tus gastos durante el año pasado te ayudará a detectar si hubo una mala administración de tu dinero. Es importante hacer esta revisión durante el mes de enero, ya que te permitirá saber qué prácticas llevar a cabo el resto del año y te ayudará a no cometer los mismos errores.
El pago de servicios, alimentos e hipoteca o alquiler son gastos que no puedes suprimir, por lo tanto, esos deberás marcarlos como gastos fijos. En cambio, sí puedes omitir los gastos hormiga que también suelan ser frecuentes.
Fechas importantes, como aniversarios, celebración de cumpleaños, Navidad o vacaciones son gastos que, si bien no ocurren mes con mes, sí pueden alterar tu plan si no los consideras con tiempo. Por ejemplo, los gastos por Navidad, los puedes planear desde el mes de noviembre y lograr ahorrar parte de tu aguinaldo.
Una vez que ubicaste cuáles son tus gastos fijos y por temporalidad, lo demás puede irse. Sin embargo, también es importante que manejes un porcentaje mensual para gustos y entretenimiento, como comidas fuera, compras o eventos. De acuerdo con expertos en finanzas personales, este porcentaje no debe superar el 20% de tus ingresos.
Para este punto, ya sabes de cuánto dispones después de gastos. Lo ideal es que sea, por lo menos, otro 20% de tus ingresos, cantidad que puede ser destinada al ahorro o a tu plan para el retiro.
Si la cantidad que te queda disponible a fin de mes, después de gastos, no llega al 20% de tu sueldo, es probable que tengas que aumentar tu nivel de ingresos. Para lograrlo, no es necesario que dejes tu trabajo actual, puede bastar con buscar nuevas formas de obtener ganancias adicionales, como dar asesorías o iniciar tu propio micronegocio.
Finalmente, evalúa al final de cada mes cómo fue tu comportamiento financiero y si lograste cumplir con tus objetivos. Por lo regular, el primer trimestre del año es de adaptación, por lo que, si no llegas a tu meta, no te desesperes y sé constante en la toma de buenas decisiones financieras.
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