El historial crediticio es un registro de cómo nos comportamos ante nuestras obligaciones financieras, es decir, cómo hacemos frente a nuestros créditos y si pagamos en tiempo y forma. En otras palabras, el historial crediticio es lo que nos permite ser conocidos ante el sistema financiero para después poder ser acreedores a diferentes productos.
Todas las personas activas laboral y financieramente tienen un historial crediticio, pero no todas son acreedoras a la misma calificación, ya que todos nos comportamos de manera diferente con respecto a nuestras finanzas y a los productos que adquirimos, por lo que, lo más importante es hacer movimientos inteligentes y, sobre todo, no tener adeudos.
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Como el historial crediticio es una carta de presentación ante las instituciones financieras, muestra la información útil para estas entidades. Tu historial lleva tu nombre, el detalle de los créditos que has tenido y cómo y cuándo los has pagado. Dependiendo de esta información y si tu calificación es alta, tienes tres beneficios importantes:
Si has mantenido un buen historial crediticio, además de tener la tranquilidad de que tus finanzas están sanas, puedes tener la certeza de que, difícilmente, un banco o una institución financiera te negará el acceso a alguno de sus productos. Una de las ventajas es que, entre mejor sea tu historial, mayor será el monto del crédito al que podrás acceder. Esto no solo para préstamos bancarios, también aplica en los límites de las tarjetas departamentales.
Pagar puntualmente tus créditos activos hará que si, desafortunadamente, te surge un imprevisto de salud o accidental, puedas solicitar un préstamo para solventarlo de inmediato sin tener que recurrir al apoyo de amigos o familiares. En ocasiones, la mejor forma de resolver un contratiempo es solicitando un crédito; sin embargo, si no cuentas con finanzas sanas y tu historial crediticio muestra que has tenido adeudos o retrasos en tus pagos, el trámite para solicitar un préstamo puede tardar varios días o incluso se te podría negar.
Como en Buró de Crédito todo se registra, también es importante mantener una buena nota ahí, ya que varias instituciones revisan esta información para determinar si eres o no acreedor a un nuevo producto. En Credifiel, para corroborar la información crediticia de nuestros usuarios, consultamos Círculo de Crédito, una empresa que también se dedica a recopilar y a resguardar la información de los préstamos y del comportamiento de pago de las personas a bancos e instituciones financieras.
De acuerdo con tus posibilidades, intenta siempre cubrir más del mínimo de los pagos de tus créditos. Esto ayudará a que los intereses no crezcan y a que el tiempo que, en un inicio definiste para terminar de pagar, no aumente.
Si solicitaste un crédito, la recomendación es que lo ocupes solo para los bienes y servicios que realmente necesites, ya que a veces, tener el dinero a la mano, puede cambiar tus planes y desviarte del objetivo principal por el que adquiriste un compromiso crediticio. Por ejemplo, si solicitaste un crédito para remodelar tu casa, no desvíes parte de los fondos en algo que no sean los gastos de materiales de construcción o de mano de obra.
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Registra cada uno de los pagos de tus créditos dentro de tu presupuesto. Si mantienes una lista clara de tus gastos fijos de cada mes, difícilmente dejarás de pagar. Nunca dejes de dar seguimiento a tu presupuesto ni de cumplir con él, ya que solo esta acción te dará claridad de tus obligaciones financieras.
Lo ideal es consultar al menos una vez al año tu historial crediticio. Conocer a detalle la información de tus créditos te dará oportunidad de tomar decisiones inteligentes sobre tu dinero, pagos y adeudos, ya que dependiendo de esto sabrás si realmente es posible solicitar otro préstamo o si primero deberías intentar liquidar los productos que tienes activos.