En este artículo nos encargaremos de decirte qué es y cómo funciona una consolidación de deuda, qué perfil debes cumplir si estás interesado, y cuáles son las ventajas y desventajas de solicitarla.
Alejandro tiene un trabajo estable y aunque no le sobra el dinero, genera los ingresos necesarios para seguir pagando las deudas, entre ellas, sus tarjetas de crédito.
Hace un año se fue de viaje y dividió todos sus gastos entre las tres tarjetas de crédito que tenía, según él para aprovechar las distintas fechas de corte y así no estar tan apresurado con los pagos.
Desafortunadamente, con el tiempo siguió usando sus tarjetas y, como a cualquier persona, le surgieron otros gastos que no tenía contemplados.
Aunque se tardó varios meses, empezó a notar que por tener nuevos gastos, cada vez pagaba menos en sus tarjetas de crédito y, al ritmo que iba, estaba más cerca de pagar el mínimo que de pagar el saldo total.
Cuando más preocupado estaba, se enteró de que existía una alternativa que le ayudaría a que sus deudas le resultaran más baratas y por ende menos complicadas de saldar.
Esta opción resultó ser una consolidación de deuda.
¿Te suena familiar?
¿Has estado o estás en una situación similar a la de Alejandro?
¿Te interesa conocer a detalle de qué se trata esta opción?
Lo primero que debes saber es:
Actualmente existen dos formas de consolidar una deuda:
El “nombre oficial” es Transferencia de Saldos, la cual, como ya te puedes ir imaginando por lo que te hemos venido contando, consiste en pasar la deuda que tienes en tu tarjeta de crédito a otro banco que te ofrezca una tasa de interés menor, de esta forma reduces bastante el monto que estás pagando por concepto de intereses.
¿Y cómo funciona una transferencia de saldos?
Te lo explicamos con un ejemplo:
Imagina que tienes una deuda en tu tarjeta American Express y la transfieres a una tarjeta Santander, en la cual te cobrarán menos intereses y así liquidarla te saldrá más barato.
En palabras simples, lo que pasó fue:
Santander pagó por ti la deuda que tenías con American Express y ahora tú tendrás que pagarle a Santander el mismo monto que debías pero a una tasa de interés más barata.
Pues es una de las muchas tácticas que tienen para “robarle” clientes a la competencia.
No, de hecho, los bancos reservan la autorización de esta operación a los usuarios con buen historial crediticio y que no están sobre endeudados, pues deben asegurarse que la persona tiene los recursos para seguir pagando.
Desafortunadamente, esto puede significar una limitante, pues, seamos sinceros: muchas veces, las personas que desean transferir su saldo son aquellas que, por una u otra razón, dejaron crecer la “bola de nieve” y ya no pueden pagar ni el mínimo en sus tarjetas de crédito.
Pero la verdad, esto tiene sentido.
¿A poco tú te animarías a pagar la deuda de un conocido sabiendo que no tiene dinero para pagar?
Las instituciones financieras si quieren ganar clientes, pero les interesa atraer a aquellos que pueden seguir pagando.
Como ya te estás imaginando, con un crédito personal o de nómina, el objetivo es solicitar un préstamo para pagar las deudas que tengas (ya sea de tarjetas de crédito o de otro financiamiento que aún no terminas de pagar).
Si Alejandro optara por esta alternativa, lo que haría sería dejar de tener tres deudas en tres tarjetas de crédito distintas, y ahora preocuparse por pagarle a un solo banco una misma deuda.
Un crédito de nómina es un préstamo cuyo pago quincenal o mensual es obtenido por el otorgante desde tu cuenta de nómina. Esto significa que si el pago mensual es de 3,000 pesos, esta cantidad se descontará de manera automática de lo que recibes en tu cuenta de nómina.
Por su parte, un crédito personal es prácticamente igual, con la diferencia de que el pago no está ligado a una cuenta de nómina, así que no te lo descontarán automáticamente de lo que percibes de sueldo.
Aunque consolidar una deuda es una de las opciones que están a tu disposición, te recomendamos seguir estos consejos para que siempre lleves un orden en tus gastos y nunca te veas comprometido.