Los padres son una parte esencial de nuestra vida. No sólo nos trajeron al mundo y procuraron darnos siempre lo mejor, sino que además nos llenaron de amor. Tristemente, los padres enferman y cuando esto pasa lo mejor es que sepas cómo apoyarlos si es el caso.
Enfermedades como accidentes cerebrovasculares, cáncer, diabetes o hasta graves caídas pueden traer consigo un estado nada favorable para los papás, y cuando eso pasa, nuestras vidas cambian de manera repentina.
Tener padres enfermos te obliga a crecer de una forma en la que no lo imaginaste pues, mientras ellos se esforzaron por criarte y que salieras adelante, ahora la misión está en ti. El reto es tan grande que supone una “contradicción natural”.
En todo caso, lo que tendrías que estar pensando es cómo puedes ayudarlos simple y sencillamente para identificarlos y hacer de su situación algo menos triste. La muerte es una realidad, pero el bien morir también posible.
Cuando los padres enferman, nos subimos a una montaña rusa de emociones que cambian segundo con segundo. En un instante te sientes enojado, y al siguiente abrumado, estresado, molesto y decepcionado. Pero, alíviate, estas reacciones son todas instintivas y naturales; por el contrario, si fueses más bien “insensible” claro que convendría revisar por qué.
Tratar con un padre o madre enfermos es difícil y sin importar lo que la gente tenga que decir al respecto, prepararse para ello no es una cosa simple, pero tampoco es imposible. ¿Cuántas veces has hecho un diagnóstico de tu situación familiar?
En este artículo te compartimos una reflexión y los mejores consejos sobre qué puedes hacer si uno de tus padres o los dos están pasando por un momento difícil que conlleva enfermedad y un mal estado de salud.
Recuerda que acompañarlos puede cambiar de forma significativa la manera en la que están viviendo este momento, y que en ti, pueden encontrar el alivio que buscan. Después de todo, padres e hijos guardan una relación que es recíproca y cuya clave es en esencia, el amor.
¿Qué tanto conoces a tu familia?
Incluso antes de que los padres caigan en un estado de enfermedad, las familias deben conversar cotidianamente acerca de sus problemas, sus aciertos, sus desaciertos, conformidades e inconformidades. Recuerda que la familia no sólo se entiende como los hijos y los padres.
En nuestro país existen muchos tipos de familias, desde aquellas que se forman por el padre, la madre y los hijos, hasta las que están integradas por los abuelos y sus nietos sin los padres; o las de madres y padres que, solteros, deciden sacar adelante a sus hijos y sus anhelos.
Conocer a tu familia es esencial para hacer frente a los problemas que pueden ocurrir en la vida. ¿Qué los hace mejores o peores? Las familias perfectas no existen, ese es un hecho. No obstante, las relaciones familiares pueden mejorar constantemente.
El silencio es un problema recurrente entre las familias, no porque esté mal esa ausencia de ruido sino más bien porque, en tanto silenciosa, una familia va perdiendo de poco en poco la posibilidad de mantener diálogos, preservar la confianza y de hacer las confesiones mínimas de problemas importantes.
¿Qué queremos decir con esto? Muchas veces y con la intención de evitarse problemas, los padres deciden mantener en silencio algunos de sus padecimientos. Es lo mismo a cuando fuiste un adolescente y preferías no contarles sobre algunas de tus decisiones importantes como tener tal o cual pareja.
No, no es que se trate de un permiso. Compartir tus historias y decisiones con tu familia es fundamental no porque esperes su aprobación sino porque quieres hacerles saber que estás bien y convencido de tus decisiones.
Incluso en tiempos de enfermedad los padres tienen que conversar con sus hijos sobre qué es lo que está pasando, qué diagnóstico tienen, si han ido regularmente a consultas médicas o si solo saben si tienen un padecimiento, pero no se están tratando.
Comunícate más con ellos
Por increíble que parezca la comunicación sustentada en diálogos puede ayudarte a mejorar la relación con tus padres. Como ya lo dijimos, la muerte es algo inevitable pero, dar el acompañamiento necesario en cada etapa es esencial para mejorar las condiciones de vida de cualquier persona.
Puedes empezar por la gran charla
La gran plática es esa que estás a punto de tener con tus padres. Es similar a la que tuviste cuando les contaste que ibas a mudarte de casa, cuando se enteraron de que te quedaste sin trabajo o cuando les contaste que te casabas.
Por supuesto, esta nunca será esa plática por teléfono en la que dices “Hola, mamá, ¿cómo estás? ¿Qué has pensado del asilo de ancianos?”. Para poder hablar de los problemas de salud y del destino de los padres en su retiro la recomendación es que se organice una reunión familiar entre las personas más importantes y que pueden hacer decisiones sobre el destino de la misma.
A muchas familias les parece importante que en eventos como este participen desde la tía hasta los tíos y primos pasando por los sobrinos. Lo mejor es que en esta reunión sólo estén presentes los padres y los hijos y en su caso, las parejas de los mismos.
¿Para qué reunirse y conversar de los problemas? Además de los sentimientos que puedan surgir en la charla, también se evaluarán los aspectos financieros en los que tendremos que ayudar a nuestros padres. Todo el proceso será difícil así que será importante tener una caja de pañuelos a la mano.
Ya en la reunión puedes explicar que el motivo de la misma es dar atención a los problemas por los que están atravesando los papás, y que deseas que entre tú y tus hermanos atiendan sus necesidades y deseos a medida que envejecen.
Dependiendo de tu familia, la conversación podría ser acalorada o tranquila, emotiva o muy racional. Sea como sea, tu misión y la de tus hermanos es que escuchen con atención a los papás, ese es quizá el punto más importante.
¡Platica! De acuerdo con un estudio de Merrill Lynch, una divisionaria de Bank of America en Estados Unidos, el 75% de los adultos no han tenido una discusión en profundidad con sus padres sobre cosas como la jubilación, el cuidado a largo plazo, la herencia y los deseos funerarios. Tú sí deberías estar hablándolo.
Conoce las necesidades y deseos de tus padres
Ahora que por fin tienes la oportunidad de platicar con tus papás, averigua qué es lo que quieren hacer de sus vidas en el futuro. ¿Quieren envejecer solos en su casa o quieren ir a vivir a la casa de uno de tus hermanos? ¿Quizá quieren compartir tiempo con gente de su edad y necesitan un espacio con atención especializada?
Todo eso se tiene que platicar con los papás. No obstante, junto con tus hermanos debes observar la salud actual de tus padres y su capacidad para vivir de forma independiente, para saber si necesitan ayuda justo ahora.
Verifica
- Malos hábitos alimenticios o falta de apetito: ¿cocinan ellos mismos? ¿Su refrigerador tiene comida saludable?
- La higiene con la que viven ¿qué olor corporal tienen? ¿Se bañan frecuentemente como siempre? ¿Han descuidado sus uñas y dientes?
- ¿Qué tan limpia está su casa?
- ¿Olvidan hacer cosas como pagar las cuentas o lavar los trastes?
Verificar todos estos puntos puede ayudarte a saber más del estado de salud de tus padres de lo que te imaginas. De esta forma estás seguro de en qué medida están pasando a una etapa de demencia o qué tan conectados siguen al mundo.
Haz un presupuesto
Con la finalidad de poder apoyar a tus padres tendrás que estar al tanto de que el reto implica fuertes inversiones de dinero. Desde idas al médico hasta la adquisición de aparatos para el control de la salud como un glucómetro, necesitarás un flujo de capital fuerte.
Por si fuera poco, en algún momento podrías necesitar ayuda adicional para el cuidado de tus padres así que toma en cuenta la contratación de un enfermero en casa. Más adelante, en el ciclo natural de las cosas, seguramente pasarás por hospitales, pero tienes que mantener la calma pues de otra forma nada funcionará.
Toma en cuenta que, a pesar del ingreso de tus padres por su pensión, es en este momento cuando pueden necesitar más de tu apoyo económico. Esto puede suponer una carga para ti pero, siempre puedes encontrar la forma de financiar la ayuda que darás si buscas opciones como un crédito o un préstamo que pueden descontarte vía nómina.
Acércate a las instituciones aprobadas por la Condusef para continuar siempre brindando todo el apoyo posible y recuerda que platicar de forma continua con tus padres, puede ser el cambio con el cual vivirán una vejez digna incluso con los problemas económicos o de salud que puedan tener.