Balancear tus deberes como mamá y como profesionista es todo un arte que algunos días puede resultar verdaderamente complicado.
Pero es posible que esos días de caos se vuelvan menos o ya no te sucedan.
La clave está en tener una gran organización de tiempos y con las personas que te rodean: nosotros te mostramos cómo.
Haz de una agenda tu mejor amiga: ya sea en forma de aplicación en tu celular o una clásica en papel, tener un sitio donde enlistar todas tus actividades es de gran ayuda para que no dejes pasar nada.
Ten presente los calendarios escolares de tus hijos: agrégalos a tu agenda de modo que puedas planear tus actividades para que no te pierdas las juntas de padres y eventos escolares y monitorees tareas y exámenes.
Crea un listado de prioridades: dedica diez minutos sin interrupciones para redactar una lista con siete actividades que tengan que ser hechas sí o sí ese día, para que solo te enfoques en lo que es importante.
Construye una red de apoyo: tener personas de tu absoluta confianza que estén dispuestas a ayudarte al cuidado de tus hijos es muy importante; pueden ser las mamás de sus compañeros, tus vecinos o tus padres.
Divide las tareas del hogar con los demás miembros: crea un rol de actividades para cada una de las personas, por ejemplo, tu hijo puede sacar la basura, mientras tu pareja hace la cena, de manera que no toda la carga de las labores del hogar sean para ti.
Determina un horario de salida del trabajo: respeta tu tiempo de entrada y de salida de la oficina o trabajo; si cumples a cabalidad con tus obligaciones, no te sientas culpable por salir puntualmente para ir a atender a tus hijos.
Desconéctate cuando estés con tus pequeños: pon tu celular en modo avión de ser posible y no contestes llamadas ni correos del trabajo después de una hora determinada, recuerda que tus hijos merecen tiempo de calidad.