El gasto ocasionado por el inicio del curso escolar, después de más de un año de estar tomando clases en línea, dejó de preocupar a muchas familias mexicanas. Sin embargo, retomar las clases presenciales podría volver a convertirse en una fuerte inversión.
De acuerdo con un artículo publicado por la revista Forbes, antes de la pandemia por Covid-19, el gasto promedio para el regreso a clases, por estudiante, iba de los 1,600 a los 2,800 pesos. Esta cifra solo contemplaba artículos escolares básicos, como mochila, útiles, uniformes y calzado, por lo que, además habría que sumarle el gasto por transporte, alimentos y colegiaturas, si fuera el caso.
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Definitivamente, hubo una recuperación en la economía de las familias cuando desaparecieron los gastos por transporte o por alimentos adicionales, pero ahora, todo indica que volverán, al menos poco a poco. Para contrarrestar un posible desfalco a tu economía, te decimos cómo puedes cuidar de tu dinero en este regreso a clases, de acuerdo con expertos en finanzas.
No dejes para el último momento un gasto que, de todas maneras, tendrás que realizar. Separa una cantidad de dinero y planea el regreso a clases de tus hijos, ya que esto te ayudará a que el desembolso no te tome por sorpresa ni te impida terminar la quincena.
Gastos como el transporte escolar, colegiaturas o compra de útiles se pueden deducir. Este tipo de deducciones pueden ser bastante importantes; sin embargo, no todos los padres de familia lo saben y por ello no lo toman en cuenta.
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Si no sabes por donde empezar, aquí te decimos cómo. Un presupuesto personal te ayudará a llevar un control y un balance entre los gastos frecuentes y los temporales, como lo es el regreso a clases.
Sobre todo, si vas a empezar a hacer lunch otra vez. Comprar todo lo necesario para que tus hijos se alimenten bien en la escuela es mucho más barato si lo adquieres al por mayor, en especial alimentos no perecederos.
Este es un consejo que nunca pasará de moda. Darle una nueva vida a los útiles escolares que aún sirven es clave para el ahorro y lo mismo sucede con uniformes y calzado que aún están en buenas condiciones, sobre todo, si tu hijo no ha cambiado drásticamente de talla.
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