Antes de planificar unas vacaciones puedes ahorrar e incluso si decides hacerlas con tus hijos. Muchas veces pensamos que es prácticamente imposible ahorrar en las vacaciones con niños pero, no es así. Aquí te damos los mejores consejos para vivir un viaje de locura y mucho ahorro.
Si bien ya sabemos que son tiempos de ahorrar y guardar dinero para asegurar la estabilidad financiera de nuestro hogar, las vacaciones fuera de nuestra ciudad no tienen que ser un suplicio para los padres, y aunque puedan representar un lujo frente a los gastos básicos, ahorrar y divertirse es posible.
Las vacaciones las tienes que planear en una suerte de minuto a minuto para que con ello, optes siempre por las alternativas más económicas. De esta manera, empieza por planear y elige desde las fechas hasta lugares que puedes visitar para que el golpe de esas vacaciones sea el menor en tu economía.
Empieza a ahorrar
Antes de salir de tu ciudad, debes contar con un presupuesto en el que se especifique cuál es la cantidad de dinero que podrás gastar en el viaje. Por eso, contempla que los viajes implican gastos que van desde el transporte hasta las comidas.
Teniendo un presupuesto puedes determinar cuánto gastarás en alojamiento, actividades, comidas, paseos y demás. Ahora bien, puedes limitar tus vacaciones a cuatro días en lugar de siete y con ello gastar más por día.
Como sea, la clave para ahorrar está en serle fiel a tu plan. Obviamente surgirán situaciones que pongan en peligro tu presupuesto como que uno de tus hijos se resfríe y tengas que llevarlo al médico, para eso debes tener un fondo de emergencia.
Además, deberás contener tus ganas de gastar en todo lo que puedas. A muchas personas les da la culpa de no comprar “recuerditos” para sus colegas en el trabajo y acaban gastando mucho en cosas como esa. Pregúntate ¿vale la pena regalar un llavero a alguien que no va a utilizarlo?
Ahora, si ves algo que no puedes dejar pasar o que piensas que vale la pena para comprarlo a tus hijos entonces sería muy bueno que cuentes con un “colchoncito de gastos” para poder comprar eso que te emocionó y que puede ser, desde las entradas a un espectáculo hasta alguna artesanía local.
Si no dispones de muchos recursos para realizar un viaje en este momento o no tienes para pagar un hotel, puedes hacer que esto no se convierta en un problema si vas a visitar a un familiar que viva en otro estado.
Obviamente tienes que visitar a un familiar con el que hables continuamente y no sólo cada que es su cumpleaños. Tanto a ti como a su familia les dará gusto reunirse y, no es por nada, pero a los niños les encanta conocer a otros niños de su familia pues aprenden a llevarse bien.
Si tienes hijos adolescentes, recuerda que son o pueden ser bastante irritables así que aprovecha para que conozcan nuevas experiencias.
La adolescencia es una etapa fundamental de la formación de nuestra identidad, y un viaje a la casa de un familiar puede enseñarle a esos jóvenes una lección de diversidad y de conciencia sobre distintos estilos de vida.
Al lugar que fueres haz lo que vieres, dice el dicho popular. Bueno, pues al lugar que vayas, encuentra actividades gratuitas para realizar con toda tu familia. Los gobiernos locales de muchas ciudades organizan desde festivales hasta ferias en las que los costes son muy bajos.
Se trata de actividades divertidas y educativas en las que tus hijos pueden pasar unas vacaciones entretenidas mientras que tú ahorras.
Lo genial de estas actividades es que por lo general tratan sobre las tradiciones y generalidades culturales del destino en cuestión, por lo que cuando acudes a este tipo de lugares, puedes mostrar a tus niños qué es eso de la diversidad.
Te sorprenderías de lo mucho que puedes ahorrar cuando llevas desde tu casa esas cosas que son más caras en zonas turísticas. Por eso, en tu equipaje puedes llevar desde toallas, trajes de baño, sandalias y protectores solares adquiridos con anticipación.
Llevar contigo cosas de aseo personal o hasta comidas (como alimentos enlatados) es siempre sinónimo de ahorro, y bueno esto ya lo habrás notado en otros viajes. Compara los precios en casa y en la playa, te sorprenderás de cómo pueden cambiar.
Además, para ahorrar puedes promover el consumo de lo local, estos productos suelen ser más baratos y genuinos que lo que puedes encontrar en grandes supermercados y además, le estás enseñando una lección a tus hijos sobre el apoyo a las personas originarias de un lugar.
¿Por qué es importante viajar con los chiquitines de la casa?
Aunque pensemos que durante las vacaciones los niños pueden pasársela en la casa ayudándonos con las tareas del hogar, la realidad es que los viajes pueden ser una gran oportunidad para enseñar nuevos valores a nuestros hijos.
No es que no sea importante que los chicos aprendan a contribuir con las tareas de la casa porque con ello les enseñamos responsabilidades y cosas que necesitarán en la vida adulta, pero cuando los sacamos en un viaje adquieren conocimientos básicos para su desarrollo personal, y para hacer frente al futuro.
En algún momento, e incluso antes de ser padres, todos nos volvemos conscientes de la importancia de aprender otros idiomas, de conocer nuevas culturas y de que, si queremos competir tenemos que investigar, analizar y buscar información.
Además, los viajes nos dan la posibilidad de resolver problemas, aprender de la confianza y tener seguridad en nosotros mismos. Recuerda lo que dicen por ahí: los niños son como esponjitas que van absorbiendo todo lo que ven y por eso, un viaje puede ser la gran oportunidad para que aprendan cada vez más.
En la medida en que los niños se involucran en la organización y planeación de un viaje, se vuelven cada vez más responsables. Cada vacación, puede ser una gran experiencia para ver cómo nuestros hijos maduran y adquieren nuevos conocimientos.
Organizar un viaje juntos
Cuando los niños participan en las decisiones de la familia respecto a qué destino viajar, aprenden de valores como el respeto y el derecho a elegir, pero también adquieren la idea de consensos que se forman a partir del diálogo.
Una familia promedio reúne 4 distintas opiniones. La de la mamá que prefiere ir a visitar a su familia en un pueblo lejano, la del papá que desea ir a la playa para no hacer más que estar en el agua, y la de los chicos, que bien pueden soñar con ir a Disneyland.
Para muchos padres puede parecer absurdo preguntar a sus hijos qué destino le gustaría visitar, pero hacer este cuestionamiento le da a los niños su lugar, la posibilidad de opinar y a la vez, descubrir posibilidades.
Ahora bien, con tus hijos tienes la posibilidad de construir un relato en torno a un destino turístico. Desde las historias familiares que podrían rememorar si visitan el pueblo lejano en el que viven sus abuelos, como historias en las que tus hijos se divierten jugando a los piratas en la playa.
La idea es que los niños siempre tienen una imaginación pronunciada y hacer uso de la misma, siempre con la verdad como fundamento, puede ser una gran oportunidad para convencerlos de conocer un destino asombroso.
Una vez elegido el lugar que van a visitar, lo demás se da más fácil: tienen que leer, revisar sitios de reserva en internet como TripAdvisor o blogs de viajes y adquirir conocimiento sobre qué pueden hacer en ese lugar.
Si se trata de un viaje en avión, puedes empezar por analizar a diario los precios de vuelos en muchas páginas de internet y de distintas aerolíneas hasta que encuentres el vuelo ideal. Ya sabes que “el que busca, encuentra” así que pon esas habilidades en práctica.
En ese proceso de retroalimentación, puedes incluir a los niños para que conozcan la historia del lugar que están por conocer, los atractivos (sólo los que estén dentro de la medida de tus posibilidades), y las actividades que pueden realizar en ese sitio.
Recuerda que tu familia tiene necesidades y si se trata de buscar un hotel, asegúrate de que sus tarifas sean justas, que tengan desayunos incluídos, cerca de estaciones de transporte público y con ubicaciones seguras.
Si el viaje en cuestión es a la casa de algún familiar, asegúrate de que esa persona te dará asilo y te recibirá gustosamente los días que vas a estar en ese destino.
Recuerda que a nadie le gustan ese tipo de sorpresas así que por respeto y cortesía es mejor que tiempo antes le avises a tu familiar sobre tu deseo de visitarlo y quedarte en su casa. Si tienes esa cortesía lo más probable es que esté gustoso de recibirte.
Así que ahora ya lo sabes, cuánto más planifiques un viaje mejores serán los resultados y el ahorro será mucho mayor. Tus hijos se divertirán y tú podrás tener la tranquilidad de estar preparándose para el futuro al mismo tiempo en que te relajas.
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Las vacaciones no deben ser un lujo. Si sabes administrarte correctamente puedes tener el mejor viaje de tu vida en compañía de toda tu familia.